SALUD: es el estado de completo bienestar físico, mental, social y en armonía con el medio ambiente, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades. Es también el nivel de eficacia funcional ó metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como en el macro (social).

Si nuestro cuerpo no tiene buena SALUD ni el disfrute con los amigos, ni con la familia, ni tampoco tener los honores y galardones más amplios, ó disfrutar de bienes como una lujosa mansión ó el súper auto tendría significado alguno. Y cuidar de ella no es comer mucho ó poco, sino lo necesario y apropiado para que nuestro cuerpo funcione en armonía con el medio en que nos desarrollamos.
Tanto la SALUD como su rival la Enfermedad, se producen y recrean en el mismo lugar dentro de nuestro cuerpo y sus diversos órganos, que son los millones de células por los que están formados. Por si sola la vida produce, alienta impulsos y fuerzas reparadoras, mecanismos defensivos, tendencia al bioequilibrio, y a la conservación de todas las constantes fisiológicas. A toda esta fuerza que la vida experimenta de regeneración y conservación, es acosada constantemente por peligros y agentes nocivos provenientes del mundo moderno, que como un subproducto de la civilización industrial, funcionan como poderosas fuerzas destructivas que desbordan toda la capacidad defensiva y reparadora, desencadenando lo que los expertos han llamado “enfermedades de la civilización”.
Dado que todas esas fuerzas reparadoras y mecanismos defensivos se suceden en nuestras células, son las vitaminas, los minerales, los aminoácidos, las ayudas digestivas, los nutrientes accesorios y las demás sustancias naturales importantes, independientemente del tipo de células de las que se trate, y del órgano al cual estén vinculadas, la materia prima necesaria de todas las reacciones bioquímicas corporales Todos elementos que hasta hace no muchas décadas atrás se obtenían gracias a una alimentación natural. Los productos cosechados tenían las vitaminas, minerales y fitonutrientes de suelos ricos y no contaminados, los alimentos no eran exageradamente industrializados y por los tanto no perdían sus propiedades, y como resultado de la ingesta de esta comida sana los seres humanos proveíamos a nuestras células de la materia prima necesaria para que se desarrollaran fuertes y sanas y cumplieran con sus roles dentro de los distintos órganos y funciones, entre ellas reproducirse en otras células sanas y fuertes. Las carencias crónicas de uno ó de varios de estos nutrientes de nuestras células son el origen más frecuente, principal y primordial de las enfermedades graves más comunes de nuestro tiempo como lo son: arteriosclerosis, Alzheimer, obesidad, infartos, diabetes, etc.
La alimentación y el medio ambiente del hombre moderno, son incorrectos, incapaces de sostener y de sustentar eficazmente la salud y la vida, y crean las condiciones propicias para la incubación de un sinnúmero de enfermedades, junto a un progresivo deterioro de la calidad de vida, de la longevidad, y una pesada carga para las sociedades y los sistemas sanitarios, de morbilidad y mortalidad.